El concepto de los ‘few-offs’ forma parte esencial del ADN de Lamborghini. Se trata de autos producidos en cantidades extremadamente limitadas, cada uno con una propuesta técnica o estética única que anticipa el futuro de la marca. Desde 2007, la compañía ha presentado seis modelos dentro de esta exclusiva categoría, todos ellos convertidos en objetos de deseo para los coleccionistas más exigentes del mundo.
El primer exponente moderno de esta filosofía fue el Reventón, presentado en 2007 y recordado por su agresivo diseño inspirado en aeronaves de combate. Le siguieron el Sesto Elemento en 2010, célebre por su ligereza extrema y su amplio uso de fibra de carbono; el Veneno en 2013, cuya versión Roadster es considerada por muchos como una nave espacial sobre ruedas; el Centenario en 2017, creado para celebrar los 100 años del nacimiento de Ferruccio Lamborghini; el innovador Sián de 2019, primer híbrido de la marca; y, finalmente, el Countach LPI 800-4 en 2021, reinterpretación moderna del icónico modelo de los años 70.
Todos estos autos tienen algo en común: su rareza, su capacidad de adelantar tendencias y su estatus como piezas clave en la evolución de Lamborghini. Y un solo hombre ha logrado reunirlos todos: Albert Spiess, coleccionista suizo considerado uno de los más importantes custodios de la historia de la marca.
Spiess cuenta que su pasión por Lamborghini comenzó con la compra de un Countach LP400 S de 1979. A partir de entonces, decidió reordenar su vida para dedicarla a reunir una colección excepcional. Con el tiempo sumó modelos icónicos como el Miura SV y el Silhouette, pero su atracción por los vehículos más raros lo llevó directamente a los ‘few-offs’.
Según relata, cada uno de los seis modelos llegó a sus manos por una razón específica: desde la influencia que tuvo el Reventón Roadster en el diseño de los V12 posteriores hasta la emoción que le genera el Centenario, pasando por su predilección por el Sesto Elemento, al que describe como su favorito por su ligereza y composición técnica.
Para Spiess, sin embargo, más allá de sus especificaciones, el valor esencial es la emoción. “Cada vez me siento tan emocionado como la primera vez, cuando compré mi primer Countach”, señala. Ese sentimiento resume el espíritu de los ‘few-offs’: autos creados para quienes entienden la exclusividad como una forma de pasión.













































