El Rally de Suecia, la única prueba 100% sobre nieve, estuvo peleado de principio a fin. En algún punto hubo hasta 6 tripulaciones que lucharon por la victoria y se definió con una actuación exquisita.
En la carrera anterior, Sebastien Ogier anotó la décima victoria en el Rally de Monte Carlo. El final fue muy emotivo y el gran campeón francés dejó abierta la posibilidad del retiro, aunque continuará este año a tiempo parcial.
Sin Ogier en la partida de Suecia, Elfyn Evans, segundo en el campeonato, heredó el indeseado privilegio de abrir la ruta. A pesar de ello, dejó claras sus intenciones desde el arranque, al quedarse con la victoria del Super Prime de apertura.
Hubo mucha expectativa en el inicio del Rally de Suecia por varios motivos. Hyundai estrenó una evolución, largamente anticipada, de su i20. Kalle Rovanpera estaba sobre una superficie más afín a su manejo, después de su discreto desempeño sobre el asfalto monegasco.
La intriga sobre estas interrogantes empezó a esclarecer al día siguiente, tan pronto se hizo la luz. Las condiciones de la ruta fueron perfectas, por eso Evans no tuvo problemas para marcar la huella y anotar otro scratch en el proceso. A partir de ahí, empezó una pelea fantástica. Adrien Fourmaux respondió con el tiempo más rápido en los dos tramos siguientes. Hasta el servicio de mitad del día, Evans lideraba por tan solo 1,9 segundos. El resto del top 5 estaba muy cerca. Tanak iba tercero, a 6 segundos y Katsuta, cuarto, a 8 segundos. Rovanpera completaba el top 5, aunque empezaba a quedarse atrás.
En la tarde, la acción fue mucho más intensa. En los cuatro tramos programados hubo la misma cantidad de ganadores distintos. Katsuta fue el más sorprendente porque saltó a la primera posición, brevemente, al final de la quinta prueba especial. Evans contraatacó de inmediato y volvió a la punta, aunque por escaso margen.
Fourmaux encabezó el frente de Hyundai durante la mañana, pero en la tarde se impuso la experiencia. Thierry Neuville y Ott Tanak emprendieron un ataque brutal para meterse directamente en la pelea por la victoria. El campeón reinante entró al top 5 y el estonio pasó al frente de la general, en el penúltimo tramo del día. Un esfuerzo final de Evans, en el cierre del viernes, le permitió retomar el primer lugar de la general, desde la tercera posición. Katsuta terminó segundo, a solo 6 décimas. Tanak cayó al tercer puesto, aunque quedó cerca, a 1,3 segundos. Fourmaux y Neuville completaron el top 5, ambos a menos de 10 segundos del líder. Rovanpera continuó sin confianza y cediendo tiempo. No encontró solución al problema de subvirancia de su Yaris. Por eso bajó al sexto lugar, y quedó a 25 segundos de la punta.
El WRC consiguió prenderle fuego al hielo sueco y el sábado avivó las llamas con otra pelea para los libros de historia. El primer loop de tres tramos estuvo muy parejo, aunque la balanza se empezó a inclinar. Los nuevos Hyundai tuvieron problemas de balance y poco a poco se fueron rezagando. Neuville fue el único que pudo con los Toyota porque apostó por una puesta a punto de diferenciales más agresiva.
De vuelta al servicio, Evans siguió al frente apenas por 2,8 segundos sobre Katsuta. Neuville escaló al tercer lugar y superó a Tanak por 3 décimas. Rovanpera volvió al top 5 a costa de un incidente peculiar. Adrien Forumaux olvidó ajustarse el casco. Se dio cuenta justo antes de partir y paró para amarrarlo metros después de la largada, fuera de la zona rígida. Perdió poco más de 20 segundos, por eso pasó de pelear por el podio a caer fuera de los seis primeros.
Empezando la tarde, Fourmaux salió a todo o nada para intentar recuperar. Ganó el tramo 11 con contundencia, pero en el 12 se acabó todo. Golpeó un banco de nieve que luego lo atrapó. Había caminado muy al filo de la navaja desde el incidente del casco y fue un revés importante en sus aspiraciones al título.
Evans ganó la prueba especial 13 y abrió su ventaja al frente de la general, a poco más de 8 segundos. Parecía que empezaba a torcer el brazo de sus rivales, pero llegaron sorpresas. Katsuta y Neuville realizaron un contraataque extraordinario en los dos últimos tramos que devolvió la clasificación general a pronóstico reservado.
Si el sábado fue gigante, el domingo fue súper. Aunque sólo hubo tres tramos cronometrados para definir al ganador, la acción se salió de cualquier límite sospechado.
La de Katsuta ya era una actuación impresionante cuando pegó el katanazo. Ganó la especial 16 con autoridad y, para sorpresa de todos, saltó al tope del clasificador. Evans se durmió en ese tramo. Perdió 7,5 segundos contra su compañero de equipo y, de paso, la punta de la general. A falta de solo dos tramos, tenía un déficit de 4,5 segundos.
Lo que pasó en el tramo 17 ha sido catalogado como una clase maestra. Evans salió con el cuchillo entre los dientes y consiguió aplastar a todos. Fue casi 7 segundos más rápido que el siguiente clasificado y a Katsuta le sacó 8,2 segundos.
Los pilotos de Toyota llegaron al último tramo para definir el Rally de Suecia mano a mano. Katsuta hizo un último intento. Estableció el tiempo más rápido en el Power Stage y puso toda la presión sobre su compañero de equipo. El turno de Evans llegó a continuación y no se quebró. Le ganó también el tramo final, por solo 2 décimas, para llevarse la victoria de la general y el máximo puntaje del Súper Domingo.
La décima victoria de Elfyn Evans en el WRC lo catapultó al tope del campeonato y tiene una muy buena ventaja. Le saca casi el doble de puntos a su más cercano perseguidor, Sebastien Ogier.
